Como decimos en muchas ocasiones, los uniformes de trabajo cumplen diversas funciones. Lo más normal es que cumpla con la función de consolidar la imagen de marca, por un lado, y de garantizar la seguridad y limpieza de los empleados, por otro.

El mundo de la hostelería no va a ser menos. De hecho es uno de los entornos laborales más proclives a necesitar este tipo de uniformes.

Si estás pensando en incorporar los uniformes de trabajo y te encuentras dentro del sector de la hostelería, te presentamos una serie de consejos que te ayudarán a escoger lo mejor para tu negocio y tus empleados.

Los gorros

No es lo más común y en algunos lugares no se incorporan dentro del uniforme estándar. Sin embargo, al igual que un chef se pone un gorro para evitar caídas de pelo o de sudor en los platos de comida, no va a ser menos otras de las personas que manipule los platos, como pueden ser los camareros.

Aún así, es posible no incorporarlo en el uniforme siempre y cuando se busquen alternativas, como un recogido de pelo.

Pantalones

En el caso de los pantalones, lo más común es incorporar un pantalón negro de corte clásico. Resulta elegante y, por normal general, lo identificamos con la hostelería y los camareros.

No obstante, se pueden decidir otro tipo de colores o texturas, siempre que creas que no representa exactamente a tu marca. Por ejemplo, si te enfocas a un público más juvenil o si tienes un restaurante con un leitmotiv claro y el clásico pantalón no casa con la idea.

Camisas

Otra de las tradiciones en el mundo de la hostelería y sus uniformes, es incorporar una camisa básica y blanca.

Pero como decíamos en el caso del pantalón se puede optar siempre por alguna alternativa que resulte algo diferente si así lo deseas, o que represente mejor a tu marca, en el caso de que lo clásico no sea lo mejor.

Mandil

Es uno de los elementos básicos sobre todo en aquellos empleados que, a parte de estar cara al público, tienen que trabajar en la cocina con el consiguiente riesgo de ensuciarse el uniforme.

En este caso, basta con ponérselo en la cocina y quitárselo una vez se esté fuera de ella. Lo importante es mantenerse limpios ya que si no podríamos estar degradando la imagen de nuestra empresa a ojos de los clientes.